CÓMO CAMBIAR EL MUNDO
Hobsbawm, Eric: Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo 1840-2011. Barcelona, Crítica, 2011, 490 pp.
Este libro es fruto de una compilación de trabajos presentados por el autor a lo largo de varias décadas, unidos a otros nuevos. Empieza con un novedoso ensayo sobre Marx en la actualidad en el que pone de manifiesto la necesidad que tenemos ahora más que nunca de observar el espíritu marxista. Como dice Hobsbawm, Karl Marx nunca ocupó altos cargos políticos, administrativos ni docentes. Incluso, su obra despertó poco interés en un primer momento, siendo su éxito póstumo. Actualmente, la obra de Marx puede considerarse la obra más influyente en toda la Edad Contemporánea. Lo que nos descubre el autor en este ensayo es que el filósofo alemán no sólo ha sido un pensador para el siglo XX sino también, y muy especialmente, para el XXI. Así, por ejemplo, si ponemos su nombre en cualquier buscador encontramos un número de entradas tan abismal que solamente es superado por dos personajes: Einstein y Darwin.
Eric Hobsbawm, uno de los historiadores más destacados de nuestro tiempo, ha militado a lo largo de toda su vida intelectual en el marxismo. Pese a ello, no reivindica la conversión del mundo a esta ideología sino simplemente el uso del espíritu de Marx para intentar crear un mundo mejor. Concretamente afirma sabiamente que para que haya alguna posibilidad de éxito ante los retos a los que se enfrenta actualmente el mundo deberán plantearse las preguntas formuladas por Marx, aunque no se quieran aceptar las respuestas que dieron sus discípulos. Para colmo, siempre habíamos pensado que Marx se equivocó cuando predijo el fin del capitalismo por sus propias crisis internas y por los conflictos sociales a los que daría lugar. Sin embargo, él no estableció plazos, por lo que todavía, viendo la crisis tan severa en la que se encuentra inmerso el capitalismo, no podemos descartar que finalmente tuviese también razón en esta predicción. Como dice el propio Hobsbawm, el fin del capitalismo fue una predicción marxista que todavía le suena plausible. Y es que el capitalismo siempre ha generado grandes desigualdades entre ricos y pobres así como crisis periódicas. Sin embargo, la actual no parece una crisis más sino el inicio de la quiebra de un sistema que lleva implícita su propia autodestrucción. No olvidemos que se basa en una falacia, es decir, el consumo ilimitado, cuando los recursos del planeta son limitados. El progresivo agotamiento de los recursos en las próximas décadas va a generar guerras, luchas y dramas a escala planetaria que, antes o después, pueden acabar con el sistema. Por ello, de acuerdo con el autor, no nos equivocamos, cuando decimos que el pensamiento de Marx es hoy en día más necesario que nunca.
Si la aplicación práctica del marxismo ha fracasado se ha debido en gran parte a la desvirtuación que hicieron algunos regímenes totalitarios de izquierda del pensamiento marxiano. Marx apenas concretó nada sobre la forma en que habría de planificarse la economía por lo que prácticas como los planes quinquenales, en los que se plantearon la consecución de ciertos objetivos de desarrollo a cualquier precio, no tuvieron nada de marxistas. La revolución rusa ha sido uno de los pocos intentos serios de organizar una economía marxista. Sin embargo, personajes siniestros como Stalin, acabaron con el sueño revolucionario de millones de obreros que antaño soñaron con un mundo comunista que los redimiera de sus miserias. Todos ellos, han perdido desde entonces lo único que les quedaba, es decir, la esperanza.
En el periodo comprendido entre 1983 y el 2000, el marxismo estuvo en franca recesión, afectado por la caída de la URSS y del muro de Berlín así como por el aparente éxito del sistema capitalista. Como reconoce el autor, el desmoronamiento de la URSS, del único país que intentó seriamente reconstruir una sociedad socialista, afectó no sólo a los comunistas sino incluso a la socialdemocracia. Todo el mundo pensó que el capitalismo había triunfado definitivamente sobre el modelo socialista. La profunda crisis del capitalismo de los últimos años ha vuelto a colocar al pensamiento marxista donde debe estar. Y en ese sentido las palabras del profesor Hobsbawn no pueden ser más claras: una vez más, ha llegado la hora de tomarse en serio a Marx.
Finalmente, decir que esta obra nos invita a reflexionar sobre la necesidad de releer a Marx, quien todavía en pleno siglo XXI nos puede ofrecer algunas de las claves necesarias para superar la grave crisis sistémica en la que estamos inmersos. Antes o después, el capitalismo se autodestruirá y, cuando esto ocurra, será necesario tener muy presente las ideas de justicia social planteadas por el gran filósofo alemán.
Esteban Mira Caballos
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