EL RECHAZO A LA CIVILIZACIÓN
Miquel Izard: El rechazo a la civilización. Sobre quienes no se tragaron que las Indias fueron esa maravilla. Barcelona, Península, 2000, 219 páginas.
Esta obra, publicada hace más de una década, supuso un antes y un después en los estudios americanistas españoles. Su autor, que vivió largos años en el exilio venezolano para retornar a Barcelona en 1975, plantea una historia alternativa sobre la Conquista de América, revisando críticamente la historiografía academicista. Esta etapa ha sido considerada durante años como sagrada e intocable, uno de los grandes iconos de la historia patria. Ésta entendía la Conquista como una hazaña de titanes dedicados a cristianizar a personas que vivían en un estado de barbarie. Sin embargo, Miquel Izard, tilda esta forma de entender la Conquista como providencial, machista, racista, franquista, españolista y reaccionaria. A mi juicio se ensaña excesivamente con los principales autores de la leyenda apologética, como Rafael García Casariego, Julián Juderías o Ramiro de Maeztu, por citar sólo algunos de los representantes de aquella corriente que el autor del libro llama apologética. Concretamente a Maeztu lo tilda de teológico, racista, providencial y etnocentrista entre otros calificativos. Y aunque, su visión de la España imperial, como un cúmulo de virtudes, se aleja bastante de la realidad, no deja de ser un producto más de su tiempo.
Ahora bien, no le falta razón sobre su visión alternativa de la Conquista. Aquella no fue exactamente idílica, como defendió –y defiende aún- la historiografía tradicional, sino una guerra cruel donde se cometieron todo tipo de atrocidades. Desde los tiempos de Colón, la conquista estuvo jalonada de matanzas periódicas, premeditadas y sistemáticas de indígenas. También de mutilaciones de miembros así como de ajusticiamientos públicos en la hoguera, todo con la idea de que disuadiesen posibles alzamientos. Bien es cierto que no se trataba de tácticas inventadas por los conquistadores, sino que tenían una larga tradición desde la antigüedad clásica.
Por todo ello, el autor aboga por acabar de una vez por todas con el eurocentrismo y escribir una verdadera historia de la Conquista, donde se destape todo el dramatismo de aquella guerra. Y para ello –afirma- un buen punto de partida sería superar la celebración jovial y festiva del Día de la Hispanidad –antigua Fiesta de la Raza-, pues obvia que el 12 de octubre de 1492 fue el punto de partida de un genocidio que acabo con la vida de millones de indios en todo el continente americano. En otro trabajo publicado en 1995, el propio Miquel Izard se preguntaba irónicamente si dentro de 450 años los alemanes cambiarán de parecer y, al igual que hace España con el descubrimiento y la conquista, celebrarán la efeméride del holocausto de los nazis sobre el pueblo judío.
En definitiva, esta obra, algo radical en los duros calificativos contra los historiadores de la escuela tradicional, supuso en su momento un punto de inflexión en la historiografía americanista española. Un verdadero hito revisionista que hay que atribuírselo al profesor Izard. Él inauguró una corriente que trata de ver la Conquista de una manera mucho más ajustada a la realidad. Una historia desgraciadamente muy truculenta y muy lejos de las hazañas y heroísmos que tradicionalmente nos enseñaron nuestros maestros.
ESTEBAN MIRA CABALLOS
0 comentarios