HERNANDO DE SOTO. EL CONQUISTADOR DE LAS TRES AMÉRICAS
MIRA CABALLOS, Esteban: Hernando de Soto. El conquistador de las tres Américas. Zafra, Excmo. Ayuntamiento de Barcarrota y Fundación Obra Pía de los Pizarro, 2012, 127 pp.
Hernando de Soto fue el modelo mejor acabado de conquistador. Una persona extraordinariamente inquieta, lo que le empujaba continuamente a la acción. Estuvo en muy diversos escenarios, hasta el punto que pocos se pueden jactar de haber participado activamente en tantos escenarios diferentes: Panamá, Nicaragua, Perú y Norteamérica. Recorrió miles de kilómetros en una época en la que los medios de transportes eran extremadamente precarios. No sería demasiado aventurado decir que fue el conquistador que más distancias recorrió a lo largo y ancho de todo el continente americano, desde Norteamérica a Sudamérica.
Siempre destacó por su arrojo, por su valentía y, por qué no decirlo, por su crueldad. Sin estas cualidades no hubiese sido nunca el conquistador que fue. Se trataba de conquistar a sangre y fuego todo un continente y él así lo hizo. Se comportó simplemente como uno de los más eficientes conquistadores. En Castilla del Oro, Nicaragua y, sobre todo, Perú, se adaptó a todo tipo de situaciones. El clima del Perú era muy particular con extensas zonas desérticas o semidesérticas, con heladoras montañas y fértiles valles que salpicaban el territorio. Superar tan sólo las dificultades que el medio físico presentaba, equivalía a formar pequeños contingentes de hombres con gran movilidad que fuesen pasando rápido de un valle a otro, evitando las hambrunas entre las huestes.
Ese carácter inconformista e inquieto le costó caro, muy caro, tanto a él como a su mujer. Gonzalo Fernández de Oviedo, comparó muy agudamente el arrojo del barcarroteño que, como tantos otros, acabó en drama, frente a la capacidad de su socio Hernán Ponce que supo dejar las armas a tiempo y disfrutar de una vejez dulce. Sus palabras son muy significativas sobre dos talantes muy diferentes:
El capitán Hernán Ponce, que no llevó menos oro e plata a España que sus compañeros, me parece que él mejor que otros, ha entendido estas cosas de Indias; porque ido a Castilla, se casó con mujer rica e de buena casta e se heredó en Sevilla, donde vive muy honrado e a su placer y donde podrá emplear muy bien el tiempo e gozar de lo que tiene, sirviendo a Dios como caballero honrado. E con su persona ha alcanzado lo que Dios le ha dado, que es lo que he dicho, y en buena edad, para que con sus bienes temporales pueda granjear los de la vida eterna; pues no quiso, como otros embelesarse y buscar esos títulos de vana señoría…
Ambos regresaron riquísimos a Sevilla, pues se dice que traía cada uno más de 100.000 pesos de oro. Mientras Hernando de Soto lo invirtió prácticamente todo en su armada, su amigo Hernán Ponce, que en realidad no era un conquistador sino un hombre de negocios, decidió quedarse a vivir en Sevilla, disfrutando de su enorme fortuna y obteniendo una regiduría. Y es que el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, se refirió con ironía al mal fario de los adelantados de forma que ningún hombre en sus cabales procuraría tal título. Y no le faltaba razón, pues la mayoría de los adelantados y conquistadores tuvieron una muerte prematura y violenta mientras que otros acabaron totalmente arruinados, tras invertir en expediciones que terminaron en el más absoluto de los fracasos. Si el barcarroteño se hubiese comportado como su socio Hernán Ponce. Jamás hubiesen hablado de él los libros de historia. Vivió siempre en el filo de la navaja y tuvo una muerte dramática, acorde con su forma de vida.
El barcarroteño fue, pues, un hombre de su tiempo que se comportó de la manera que todos esperaban que se comportase. Fue leal a las personas que confiaron en él. Y por ello, en el contexto de su época, debemos valorarlo. Eso no impide que podamos juzgar e, incluso, denunciar ciertas formas de actuar del pasado, como el uso reincidente y recurrente de la guerra o la tolerancia con la esclavitud. Precisamente, si en algo puede contribuir la Historia a nuestra sociedad actual es en destapar los errores del pasado para intentar construir un mundo más justo y humano.
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