HISTORIA DE LA VILLA DE SOLANA DE LOS BARROS. ORDENANZAS MUNICIPALES, 1554
MIRA CABALLOS, ESTEBAN. Historia de la villa de Solana de los Barros. Ordenanzas Municipales 1554. /Presentación de Valentín Cortés Cabanillas. Badajoz, Excma. Diputación Provincial de Badajoz, 2014/. 190 p., fot. en col., V apéndices., V gráficos y XII cuadros en el texto, 23’5 cm. D.L. Ba. 000178/2014.
El Dr. Mira Caballos, un carmonense afincado en Almendralejo, nos regala una nueva obra de su ya prolífica producción, pese a su juventud, en la que podemos apuntar una veintena de libros, más de cien artículos en revistas especializadas de España, Europa y América Latina, amén de mantener un muy visitado blog (estebanmiracaballos.blogia.com) en el que cuelga mensualmente reseñas bibliográficas, artículos, opiniones y críticas en torno a cuestiones relacionadas con la historia y, de manera significativa, con temas americanistas en los que se puede considerar uno de nuestros principales especialistas. Fruto de su reconocido trabajo es el hecho de haber galardonado con premios tan prestigiosos como el de la Fundación Xavier de Salas, el de la Obra Pía de los Pizarro y el José María Pérez de Herrasti y Narváez, además de haber sido finalista del Algaba de investigación histórica en 2008. Entre su bibliografía es necesario destacar las novedosas biografías de Hernán Cortes: el fin de una leyenda. Badajoz, 2010 y Hernando de Soto, el conquistador de las tres Américas. Badajoz, 2012 y el sugerente, debatido y apasionante Imperialismo y poder. Una historia desde la óptica de los vencidos. El Ejido, 2013 que ya hemos reseñado anteriormente.
La historia de Solana de los Barros está íntimamente relacionada con la realidad vital de Esteban Mira, con su interés por la sociedad en la que vive y con la que convive y por su evidente compromiso con su entorno más cercano, no en vano ejerce, desde hace más de una década, como profesor de Geografía e Historia en el I.E.S.O. “Mariano Barbacid” de la localidad. Sin embargo, en consonancia con su concepto y su visión de las Ciencias Sociales y lo que ello supone, su libro no presenta la clásica visión panegírica de la historia de Solana, antes al contrario, huye de esta práctica habitual para describirnos una imagen, no tanto crítica como dramática, de una sociedad profundamente rural y rural izada en la que la autarquía constituye la formula básica de convivencia que se supera gracias a una solidaridad que sorprende, incluso, al propio autor.
El libro se estructura en dos partes bien diferenciadas. La primera, después de la necesaria Presentación y los lógicos Agradecimientos, es una descripción de Solana en la Edad Moderna en la que repasa, de forma rápida, la evolución de la villa desde 1481 con la concesión de la Carta Puebla hasta fines de la Edad Moderna. A continuación, estudia la evolución y estructura de la población y sus procesos migratorios incidiendo en la presencia llamativa de minorías étnicas y esclavos, por encima de las cifras de toda la Tierra de Barros -el porcentaje medio de la comarca es 2’33, el de Almendralejo 2’44 y el de Solana 3’41- comprados para labrar las tierras arrendadas al Duque de Feria. La vida municipal, es decir, la estructura política del concejo de la villa, se examina a través de las Ordenanzas de 1554 desmenuzando el papel de alcaldes y regidores y la organización de la administración local. El sector primario fue, sin duda, el más importante en Solana moderna, donde las tierras eran propiedad señorial, excepto unas 60 fanegas, y estaban dedicadas al cultivo del cereal, aunque el viñedo tenía una gran importancia, mientras el sector ganadero estaba representado por el ovino y el vacuno. Los otros sectores productivos, en función de lo que dicen las Ordenanzas debía tener poca importancia pues no hay ninguna alusión a artesanos o gremios, aunque las carnicerías estaban perfectamente reguladas. La cuestión de las infraestructuras incluye el ayuntamiento, la cárcel, las fuentes públicas, la mencionada carnicería, la parroquia, una ermita, molinos, tahonas, mesones y un puente para pasar el Guadajira ubicado en el mismo lugar en que se conserva el actual. En cuanto a la higiene pública y el medioambiente, las Ordenanzas regulan la recogida de basura, el cuidado de las fuentes y la limpieza de la rivera aunque es necesario reconocer que la medicina era ineficaz para controlar las epidemias. Finalmente, en lo que atañe al ocio, la moralidad y la religiosidad, advertimos que la pesca y la caza constituyen, casi, la única diversión, entretanto la vida espiritual está rígidamente controlada por la autoridad religiosa, perteneciente al obispado de Badajoz, con el inestimable apoyo de las civiles y habría, con toda seguridad, una fuerte discriminación por causa del sexo, cosa habitual en la época.
La segunda parte del libro está dedicada a las Ordenanzas municipales de 1554. En la introducción, el Dr. Mira Caballos repasa el estado de la cuestión en el tema de las Ordenanzas y expone la necesidad de abordarlo con una visión global. A continuación, analiza el documento original aprobado por el Conde de Feria el 6 de mayo de 1554. Finalmente, antes de la transcripción completa de los XXXIX títulos más otro añadido sobre las dehesas sin numerar, lo que constituye un verdadero repaso y la regulación de todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana de Solana de los Barros a partir del siglo XVI, el autor insiste en la trascendencia que, desde el punto de vista de la legalidad, tienen estos corpus de los que estaban dotados muchos concejos en España.
Finalmente, el libro se cierra con el correspondiente listado bibliográfico, un índice onomástico y otro topográfico, que son imprescindibles en un buen libro, y el general en el que aparecen los apéndices, los gráficos y los cuadros.
El libro del Dr. Mira Caballos es otro buen ejemplo de historia local en la que, como se ha mencionado anteriormente, se huye del panegirismo localista para abordar con espíritu abierto la vida cotidiana de una comunidad condicionada por la subsistencia en un medio esencialmente rural, encorsetada por un entorno ya de por sí difícil. El estudio, al margen de los datos concretos referidos a Solana, podría ser extrapolable a otros núcleos urbanos de la comarca por lo que la investigación que ahora se publica, incide en una línea de trabajo que, a corto plazo junto a otras Ordenanzas ya publicas, enriquecerá el conocimiento que tenemos de Extremadura.
La investigación que reseñamos, además de manejar el texto de las Ordenanzas que atesora el Archivo Municipal de Solana, se ha laborado consultando la documentación del Archivo Parroquial del pueblo y la del Archivo Histórico Municipal de Zafra. Sin embargo, la imposibilidad de manejar los fondos del Ducado de Medinaceli y del obispado de Badajoz, por razones que de todos son conocidas y siguen siendo inexplicables y, lo que es peor, no han sido suficientemente explicadas, no han permitido al autor ampliar el marco temporal de sus estudios.
Para terminar, felicitamos al Dr. Mira Caballos por su excelente trabajo y a la Diputación Provincial de Badajoz que, gracias a las buenas gestiones de Dª Isabel Antúnez Nieto, ha publicado el texto. Animamos al autor para que, en los próximos años, nos obsequie con una completa historia de Solana de los Barros.
José Ángel Calero Carretero
(Publicada en Cuadernos de Çafra Nº XI, 2014-2015, pp. 347-350).
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